Con la caída de las hojas han quedado atrás los placeres con los que nos bendice el verano. Durante esa estación los cuatro elementos nos han rodeado como una metáfora estival. Hemos sentido el calor del Fuego a través del Sol, acariciado la brisa marina mediante el Aire, chapoteado en el Agua del mar y paseado entre la Tierra materializada en arena.

Con la llegada del otoño comienza una etapa de introspección que se alargará hasta la próxima primavera.

Con el fin del estío se inicia una fase de renovación, en la que es recomendable buscar el equilibrio para afrontar la rutina diaria tras las vacaciones.

El elemento Tierra y la piel

masajeEl elemento Tierra o din se manifiesta en el cuerpo a través de las partes sólidas que lo conforman, entre ellas la piel. Una buena forma de comenzar el otoño es cuidar nuestra piel con tratamientos que la preparen ante la nueva estación. Dentro de estos rituales de belleza destacan los tratamientos exfoliantes porque ofrecen unos resultados visuales inmediatos.

La exfoliación es una técnica que devuelve el esplendor a la piel mediante un delicado masaje realizado con partículas exfoliantes. Estas pequeñas partículas nos recuerdan a la arena del verano, al que diremos adiós liberándonos de las células muertas para recibir el otoño con renovación.

Los tratamientos exfoliantes pueden aplicarse tanto en el cuerpo como en el rostro y nos ayudan a dejar atrás todas las impurezas que hemos acumulado durante el verano. En esta estación solemos utilizar con más frecuencia productos protectores del sol que, con el paso del tiempo, pueden obstaculizar los poros si no se realiza una meticulosa limpieza diaria.

Este cuidado básico nos permite entrar en el otoño de forma renovada, serena y con una piel sedosa e impecable.

El otoño: renovándonos gracias a la exfoliación

exfoliacionLos beneficios de la exfoliación no se limitan a eliminar las células envejecidas. En absoluto, más bien es el primer paso que sienta las bases de una piel perfecta. Es como si preparásemos nuestra piel para dejarla como un lienzo en blanco a punto de recibir todas las bondades de la hidratación. De esta forma, limpia y pulida, está lista para que los ingredientes activos de las cremas o de los aceites esenciales penetren en ella con mayor profundidad.

El primer resultado visible tras el masaje exfoliante es una piel rejuvenecida y renovada. El siguiente paso consiste en aplicar una crema tonificante que devuelve la tersura y la jugosidad natural. Al eliminar las impurezas nos permite conseguir la hidratación profunda que comentábamos anteriormente.

Otro de los muchos beneficios que nos aporta este tipo de cuidados es la renovación celular. Al deshacernos el manto viejo que cubre la piel, promovemos la regeneración de nuevas células.

Obviamente, el masaje en sí mismo activa la circulación de la sangre aumentando la oxigenación de la superficie cutánea que se vuelve más luminosa.

Si realizamos este cuidado corporal y facial de forma periódica prevenimos el envejecimiento prematuro, y mantendremos una piel más joven y saludable.

Este tratamiento exfoliante va más allá del cuidado corporal y de la piel. El bienestar que nos produce un masaje realizado por manos expertas alinea nuestro cuerpo con la mente y el espíritu de forma holística. La duración del mismo puede oscilar entre una hora u hora y media: un tiempo valioso que nos ayuda a conectar con nuestro interior mientras embellecemos nuestra piel.

La renovación nos aporta beneficios concretos en la piel, pero también nos proporciona la serenidad que nos conduce hacia el equilibrio en su totalidad. Al equilibrio que nos permite avanzar con paso firme hacia el invierno.

 

¿Tienes Dudas? ¡Escríbenos!